La perseverancia de George Foreman
13 abril, 2015¿Qué opinan los alumnos del Taller de Memoria?
15 abril, 2015- Entrevistamos a Rosa Balaguer, una deportista que corre para no pensar.
- Polifacética y vital es como se podríamos describir a Rosa.
- Descubre más sobre sus testimonios como runner y pintora en nuestro post.
Deportista. Vital. Empezó a correr hace poco y se le dio bien. Periodista. Madre. Pintora. Inquieta. Busca. Rebusca. No se conforma. Corre para no pensar. Corre para desconectar, para salvarse, para mejorar. Pinta el agua y pinta la luz. Cuatro maratones. Muchos kilómetros. Entrena en Zaragoza dos días como mínimo y cinco como máximo. Acaba de llegar de Milán con 3:33 y no piensa parar. Es Rosa Balaguer.
Table of Contents
¿Cómo empezaste a correr?
Con una amiga. Siempre he sido muy activa. Mi amiga salía a correr con el móvil y el paquete de tabaco en la mano. Cuando se sentía fatigada, paraba a fumar. Un día le dije «yo sigo» y seguí.
¿Qué sentiste las primeras veces?
El principio es duro. Salí por probar con un chándal con el que me asaba y unas «maripís» terribles. Acabé ahogada, pero fui poco a poco y empecé a crecer. Me gustaba superarme. En el fondo, compites contra ti mismo. Es la máxima expresión del «un poco más».
¿Te juntaste con gente para correr?
Sí. Me vino bien. Empecé en un mes de agosto y un amigo me propuso una 10K para noviembre. Me lancé sin saber lo que hacía. Luego he seguido creciendo. Hice buenas marcas y me planteé hacer mi primer maratón tras un año de empezar a correr.
Llegada a meta en el maratón de Milán del pasado 12 de abril de 2015
¿Cómo le explicarías a alguien que no hace deporte que el cansancio descansa?
Cuando corres te centras en sobrevivir. La mente se apaga en cierto modo y ahí viene el «descanso». La vida es, a veces, sobrevivir y correr tiene mucho que ver con esto. También hay una parte importante de subida de autoestima, endorfinas y afán de superación.
Y llegó la pintura. ¿Te etiquetamos como corredora-pintora? Eso vende. Como la monja pintora.
En mi caso, he pintado desde siempre. Es lo que más me gusta. Me lo tomo en serio para buscar mi espacio y mi tiempo de pintura. No es sencillo y hay que organizarse. Sueño con dedicarme a ello y mandar lo demás a paseo…
¿Cuál es el color más bello de una carrera?
El del agua. Bebo mucho cuando corro. También el de la medalla. En la marathon de Zaragoza hice pódio en mi categoría y el color es bonito. Los amarillos me gustan, también los fucsias y me encanta el naranja, el que llevo en mi equipación. Ahora preparo una exposición sobre el agua, es donde más cómoda me encuentro.
¿Corremos porque nos hemos vuelto idiotas o por la crisis de la edad?
Correr es un deporte para «talludos». En las maratones hay pocos participantes de veinte años porque son impulsivos y explosivos. Es preciso correr más con la cabeza que con el cuerpo. Por eso atrae a gente de cincuenta y sesenta años. Pero sí que hay algo de crisis de los cuarenta.
Si te lesionaras, ¿tendrías motivos para recuperarte rápido?
Desde luego. Me lesiono poco, pero no puedo estar una semana parada. Tengo la sensación de que me hincho y empiezo a ganar kilos, aunque no sea cierto.
¿Como percibe una pintora como tú la luz en un maratón?
Hay un momento en que la luz se va haciendo más tenue y solo puedes ver hacia adelante. Recuerdo que en la maratón de Roma pusieron el último avituallamiento dentro de un túnel. Aquello era el infierno: gritos, gente parada, eco, esponjas y botellas por el suelo, muy poca luz y un punto de esperanza al final. Cerré los ojos y seguí. Era la sensación de estar dentro de una película. La tentación de parar.
Podrías pintar eso.
Sí. Es una buena idea y un desafío. Lo voy a pensar.